viernes, 24 de abril de 2015

Tus ojos siguen diciéndome que me quieres







Recuerdo, 
y quiero recordar todavía cuando tú eras el viento que empujaba mi poesía.
Y me duermo en ventanas que siguen intactas con toda tu luz.
Luchando por ponerme ese sombrero que me promete que yo seré el capitán.

Soplo, 
pero no hay viento que apague esa vela que un día quisimos encender,
el día que nos mirabamos a través de unos ojos del cristal más puro,
y yo quería reir,
y tú querías llorar, 
entonces hicimos un pacto que aún dura.

Te prometí ser la presa que pare todo el agua de tus ojos,
y tú me prometiste quererme a pesar de todos mis pecados,
y aquí seguimos,
continua el faro guiandonos.


Revivo esas olas tan grandes que casi nos hacen ahogarnos en el mar del orgullo. 
Y como tú,
sin fragata ni salvavidas decidiste tirarte a por mi

Y como yo, 
estúpido inmaduro, quería quedarme y así morir.


Pero una vez más me salvaste, 
me diste la vida que quise buscar en otros sitios y no encontré. 

Tomaste mi mano y me marcaste un camino con migas hacia tu corazón,
y yo, 
confiando en tus labios decidí embarcarme sin billete de vuelta. 

Decidí arriesgarme a continuar la historia que empezamos en ese parque.
Porque a parte de las llagas en las manos el premio es parte de mi.

Y matare al fantasma que descompone los trozos de ese pastel que un día llevaba nuestro nombre.
Que a pesar de tantos platos rotos nuestra vajilla sigue siendo de reyes.
Que a pesar de tantos lloros tus ojos siguen diciéndome que me quieres.