miércoles, 31 de octubre de 2018

A ti inmigrante

A ti que la vida te enseño sus colmillos, 
atandote sin otra opción a tus limitaciones,
enseñándote el reverso del cuadro de la belleza,
difuminando la esperanza,
poniéndote de rodillas con la incertidumbre atada a los tobillos.

A ti que el humo se coló por tu ventana,
que tus días son supervivencia,
manos callosas
y hambruna constante.

A ti que tus ojos lo han visto todo,
y que yo en ellos veo dolor,
que tu espalda se contrae
por todos los sueños que se han roto sobre ella.

A ti que has salido invicto del abrazo de la muerte,
que has caminado aún sin ver donde pisas,
a ti te envidio por tu amor de cristal.

Porque abrazas sin dobleces,
porque amas sin peros,
porque trabajas por los que quieres,
porque no tienes tiempo para miedos.

Porque tienes el honor tatuado en la frente,
porque aunque agachas la cabeza levantas el corazón,
porque aunque sufres el sabor de la injusticia,
sabes de la justicia del amor,
y aunque el mundo te haya dado la espalda,
sé que el cielo te espera con los brazos abiertos.









jueves, 25 de octubre de 2018

Inmensidad fracturada

Veo el blanco al alcance de mis manos,
pero mis dedos no llegan a tocarlo,
¿por qué me caigo en la inmensidad de mi propio ser?
mientras la grandeza se escapa como agua entre las manos…

Tengo el alma atrapada en el cuerpo,
y la vida atrapada en los minutos,
mientras,
un pensamiento fluye en un verso,
pero,
¿qué es eso comparado con la poesía?
¿Qué dirían los que vieron ese verso nacer en mis profundidades,
al verlo enturbiarse con la materialización de la tinta?

Somos sueño sin llegar a soñar,
y soñamos que vivimos detrás de la vida,
como si hubiese algo antes del ahora,
o después de este instante.
como si vivir consistiese en cruzar la cuerda,
en sobreponerse o sumergirse en lo mundano,
en superar o recaer en los vaivenes.

La vida no se vive ni se busca,
la vida es hacia dentro,
es en nosotros,
es inmensidad e incertidumbre,
humildad y pecado,
muerte y resurrección.

La vida es Él,

y lo que Él hace en mi.

martes, 16 de octubre de 2018

El dolor y el poeta

Dicen que el dolor moldea personalidades, 
que eleva y da sentido,
que recompone y reconstruye,
que te marca cimas nuevas,
y te da el poder de tocar corazones.

Dicen que el dolor hace al poeta,
que imprime en su alma la sed de las palabras,
la búsqueda del último verso,
la obsesión de ser esponja,
de absorber la vida,
y de fluir en un poema.

Pero yo no creo que la belleza sólo salga de las cenizas,
que únicamente tienes calma si sales de una tormenta,
y que las cicatrices son los filtros que te dan otra visión de la vida.

Creo que el dolor despierta al poeta pero no lo crea,
que la tormenta te recuerda que eres marinero,
pero que es algo que ya tenías tatuado en las manos.

Y que la única función del poeta no es crear la belleza,
sino transformar la vida en poesía.


martes, 9 de octubre de 2018

Afluentes influyentes

Rompo el silencio de nuestros brazos con una caída libre,
y empieza la tregua de los vuelos migratorios,
del desvío de las vías que nunca marcaron camino,
y de dos espaldas que se miran y se alejan al mismo tiempo.

Me fundo con la noche sin dejar que me confunda,
y le hago partícipe en primera persona del batido de luciérnagas de mi cabeza,
me expando y me contraigo,
todo a la vez,
y mientras, 
decido cual será mi próximo movimiento.

Desarmo mis conflictos internos,
y algo en mi garganta empieza a subir como si fuera lava,
lo expulso y me expulso y me encuentro,
lo busco y me busco, 
y me compro una brújula que indique cualquier norte,
cualquier horizonte inmaterial que me acoja,
cualquier destino que de forma a mis sueños,
o cualquier lugar mental al que pueda llamar hogar.

Fluyo por las venas de las calles entre la muchedumbre,
tengo un verso clavado en la memoria, 
y tanto ruido, 
que podría despertar a todos los pájaros de un soplido.

Me apago, 
me duermo sin desparecer, 
me posiciono en punto muerto en este torbellino,
me escondo de todos los fantasmas que me buscan,
mañana será otro día,
mañana ya no hablaré de ti,
mañana estaré sólo conmigo.





lunes, 1 de octubre de 2018

La belleza del contraste

Me declaro fan de la belleza del contraste,
esa masa uniforme,
esa sencillez de lo básico,
que asume su belleza por contraposición,
cuando lo mezclas con la vida,
y de la diferencia se marcan sus aristas,
y de la comparación sale la personalidad.

Ese ruido tan silencioso,
que solo oye el que escucha,
esa humildad tan cercana,
pero tan lejana para los que no ven.

Ese diamante tan interior,
en una rutina que no asombra,
ese poder del silencio,
que solo crece hacia dentro.

Ese antónimo a la ambición mundana,
que nunca busca metas altas,
sumido en los corazones que le rodean,
obsesionado con las sonrisas que arranca,
ignorante de lo que el mundo llama poder.

Conquistando el mundo con una escoba,
construyendo puentes desde un aula,
fabricando ilusiones desde una panadería,
reparando corazones con una sotana.

Esa belleza del contraste,
esa sabiduría tan callada,
que el mundo no ve,
que el mundo no aprecia, 
pero que al final,

es donde reside la verdadera vida.