lunes, 1 de octubre de 2018

La belleza del contraste

Me declaro fan de la belleza del contraste,
esa masa uniforme,
esa sencillez de lo básico,
que asume su belleza por contraposición,
cuando lo mezclas con la vida,
y de la diferencia se marcan sus aristas,
y de la comparación sale la personalidad.

Ese ruido tan silencioso,
que solo oye el que escucha,
esa humildad tan cercana,
pero tan lejana para los que no ven.

Ese diamante tan interior,
en una rutina que no asombra,
ese poder del silencio,
que solo crece hacia dentro.

Ese antónimo a la ambición mundana,
que nunca busca metas altas,
sumido en los corazones que le rodean,
obsesionado con las sonrisas que arranca,
ignorante de lo que el mundo llama poder.

Conquistando el mundo con una escoba,
construyendo puentes desde un aula,
fabricando ilusiones desde una panadería,
reparando corazones con una sotana.

Esa belleza del contraste,
esa sabiduría tan callada,
que el mundo no ve,
que el mundo no aprecia, 
pero que al final,

es donde reside la verdadera vida.

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