miércoles, 31 de agosto de 2016

La incertidumbre entre dos almas



Si no te quiero todavía es porque el olvido hizo mella,
pero sé que te quise más que ninguna otra cosa,
y aunque ahora en el cielo esté viendo más estrellas,
sé que entre un millón tú siempre fuiste la más hermosa.

Quizá hoy en mi corazón no ocupes el hueco que ocupaste,
puede que mis ojos no se vuelvan a emborrachar de tu figura,
pero si sé que el día que decidiste marcharte,
marcaste en mi tierra un surco de amargura.

Puede ser que otro sea el que nade en tus ojos color caramelo,
y puede que yo me pierda en el mar de otra mujer,
puede que otro hombre sea el que te prometa el cielo,
pero ten por seguro que como yo nunca te va a querer.

No sé si nuestros caminos encontrarán un jardín común,
no sé si la vida mezclará nuestros deseos,
no sé si el destino brindará a nuestra salud,
solo sé que si así es, yo aquí te espero.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Humildad




Un ruido acolchado de unos pies por el pasillo,
la lámpara proyecta la sombra de una espalda caída,
le beso el alma perdonándole que se hubiese ido,
y con ternura en los ojos le vuelvo a introducir en mi vida.

Me siento a recordar el motivo por el que huyó,
y me vienen flashes de aquel ciego que se niega a mirar,
de dos espaldas enfrentadas que se aferran al rencor,
haciendo con todo esto que huyese la humildad.

Cuando miramos las cosas como las queremos ver,
y olvidamos amarlas tal y como son ,
cuando solo buscamos hacernos querer,
e instrumentalizamos algo tan grande como es el amor.

Cuando nos sentimos grandes por ser amados,
y olvidamos que la felicidad radica en el amar,
cuando cada vez que damos esperamos algo,
y medimos con precisión quien se sacrifica más.

Ahí perdemos el brillo de un corazón enamorado,
perdemos el tacto que nos da la bondad,
se vuelve de hielo ese corazón interesado,
que sin la humildad ha dejado de amar.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Aquí te espero



Busco el volcán que dicen que hay tras tu pecho,
pero al enfrentarme a tu figura solo veo flores,
flores que nacen desde tus pies hasta tu pelo,
aquel que me dibuja un sol de mil colores.

Me quedo nadando en tus ojos verdes,
que cuando me miran me sacan del paisaje,
que me hacen sentir único en mi especie,
y matan mi dolor cuando su luz me invade.

Delicada primavera repleta de espinas,
que dibujas con cuidado cada uno de mis sueños,
que me levantas y me dejas sin que yo te lo pida,
y caminas por encima sin saber que te quiero.

Lo imposible dicen que solo cuesta un poco más,
pero en tu caso yo lamento que marque las distancias,
distancias que separan tu vida y mi verdad,
que me intoxican regando solo falsas esperanzas.

Quisiera cambiar el tiempo y la distancia,
para sentirte aunque sea dentro de un posible objetivo,
para saber que el querer es lo único que separa,
que mi mundo gire dentro del mar de tu ombligo.

Pero no todos los sueños que soñamos tienen sentido,
muchas veces nuestro corazón decide separarse del cerebro,
provocando una explosión que despierta al dormido,
un dormido que repite "para cuando me quieras aquí te espero".