miércoles, 24 de agosto de 2016

Humildad




Un ruido acolchado de unos pies por el pasillo,
la lámpara proyecta la sombra de una espalda caída,
le beso el alma perdonándole que se hubiese ido,
y con ternura en los ojos le vuelvo a introducir en mi vida.

Me siento a recordar el motivo por el que huyó,
y me vienen flashes de aquel ciego que se niega a mirar,
de dos espaldas enfrentadas que se aferran al rencor,
haciendo con todo esto que huyese la humildad.

Cuando miramos las cosas como las queremos ver,
y olvidamos amarlas tal y como son ,
cuando solo buscamos hacernos querer,
e instrumentalizamos algo tan grande como es el amor.

Cuando nos sentimos grandes por ser amados,
y olvidamos que la felicidad radica en el amar,
cuando cada vez que damos esperamos algo,
y medimos con precisión quien se sacrifica más.

Ahí perdemos el brillo de un corazón enamorado,
perdemos el tacto que nos da la bondad,
se vuelve de hielo ese corazón interesado,
que sin la humildad ha dejado de amar.

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