sábado, 29 de diciembre de 2018

Autogestión incontenida

Me siento tan lejos del “yo” que soñaron mis padres,
atrapado en la rueda de una vida,
vida que no es mía ni nuestra,
que devuelve sonrisas por contrastes,
y promete cortesía por anticipado.

Buscamos tantas jaulas habitables,
condenas sin cerrojos,
cadenas auto ajustables,
para rellenar con excusas
el muro que tapa los sueños,
para rellenar con dudas
la capa que cubre a nuestro Romeo.

Amoldamos de forma prefabricada el infinito,
podando la enredadera que llega hasta la luna,
regando las flores con escalas de grises,
atando nuestras piernas al pasar de los días.

Servimos sin saber por qué,

vivimos sin un para qué,

soñamos sin saber con qué,


morimos sin llegar a ser.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Seamos música

Compartí mi isla con muchos ojos diferentes,
mi arena abrazó todas sus manos,
mis palmeras dieron sombra a sus miedos,
y mis olas tatuaron corazones con salitre en sus pechos.

Todo allí era bienvenida,
vida y no supervivencia,
sol sin nubes,
lluvia que no moja.

Todos iban marcando sus iniciales en mis árboles,
construían cabañas de manos,
y formaron cataratas de sorpresas.

Pero siempre hubo un cofre escondido,
una caja sin mapa,
un punto ciego de mi isla,
un recuerdo y un alma invisible.

Pero tú conseguiste besar mis manos,
abrazar mis ojos,
mirar mis labios,
y dar con mi tesoro.

Cubriste con tu piel mi perímetro de seguridad,
mientras tus dientes me prometían luchar,
y así lo hiciste,
me tomaste en un soplido,
para que reposase después de tantos años en formato defensa.

Temblando abrí mis pequeñas puertas,
para que con suavidad,
pasases tus dedos por mis heridas.

Temblando hice huelga de miedos,
para que con suavidad,
pintases las grietas de mi alma.

Temblando invite a tu futuro,
para que con suavidad,
me ayudases a coser mis sueños.

Entonces fuimos puente sobre mi rio,
y de nuestra lluvia nacieron miles de frutos,
frutos que volaban sin alas por buscar un sueño,
frutos que viajaban sin maletas pero llenos de estrellas,
frutos que remaban juntos en el mar de la incertidumbre.

Nuestras costillas formaron un solo camino,
imperfecto pero sin fisuras,
donde podíamos andar descalzos,
y dormir tranquilos.

Así que por fin,
nuestros nombres conjugaron en presente,
abrazando el mismo tono,
para que cuando nos lean,
seamos solo música.




martes, 25 de diciembre de 2018

Sencillamente, te quiero

Te quiero siendo piedra, 
ceniza,
y arena.

Te quiero siendo agua, 
sol,
y viento.

Te quiero de pie siendo estatua,
sentada abrazando,
y tumbada siendo sueño.

Te quiero los lunes con frío,
los domingos con calor,
los jueves de tormenta,
y los miércoles de amaneceres.

Te quiero trazando sonrisas,
sonriendo al miedo,
temiendo al vacío,
saltando al futuro,
amando al presente.

Sencillamente,
te quiero.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Sigues sin verlo

No sé si rozarte la piel,
o dejar que fluyas con el viento,
no sé si aún tienes sed,
o si la tuviste en algún momento.

Bendigo cada puente que tiendes entre nuestros ojos,
me gusta imaginarme colgando de él,
pintándote con pequeños trazos,
descubriéndote a pequeños sorbos.

Pero también maldigo cada muro que recitas,
cada recuerdo perdido en un mar de casualidades,
cada paloma extraviada por no volar en círculos,
e incluso cada sonrisa acostumbrada a ser reflejo.

Hay un mundo naciendo en nuestras manos,
hay algo que arde más que el fuego,
y hace temblar a las montañas,
pero sigues sin verlo...

Hay un sueño soñando con nuestra forma,
y una pluma dispuesta a escribirnos,
pero sigues sin verlo...

Hay un amanecer naciendo en nuestra historia,
un oasis de admiración,
y un bosque de complicidad,
pero sigues sin verlo...

Hay tantas cosas en nosotros,
hay diez mil preguntas abiertas,
a las que siempre yo respondo,
aquí estoy yo, pero no sé ella...

martes, 13 de noviembre de 2018

Somos tierra

Recuerda siempre que eres tierra,
tierra humilde que no se agacha,
que disfruta de su forma,
que acepta sus defectos.

Recuerda siempre que eres tierra,
tierra que nace y mengua,
tierra llena de humanidad,
sin pretensiones ni prejuicios.

Recuerda siempre que eres tierra,
tierra que se deja labrar,
que florece,
y que se nutre con lo que tiene.

Y recuerda que como tierra,
solo has venido a servir,
y a disfrutar de los frutos,
que nacen por ti,
pero sin ti.

martes, 6 de noviembre de 2018

Una inmensidad fracturada

El infinito a medio palmo de distancia,
y mientras,
la inmensidad sigue fracturada.

Nos abrazamos a lo certero,
nos sumergimos en lo efímero,
en el “ahora” sin “porqués”,
en el -ámame hoy que te quiero
y ya veremos mañana-.

Miramos a lo eterno a los ojos,
pero nos escondemos en el destino,
como si la vida fuese una correa que tira,
y el azar el compositor del resultado de nuestros actos.

Y yo te propongo una utopía,
una búsqueda del cielo 
en las grietas de nuestro suelo,
un salto al vacío 
rompiendo con lo establecido,
una apuesta de Fe por la victoria,
y una humildad 
que marque las huellas de los sueños 
que Él ha soñado con nosotros.





miércoles, 31 de octubre de 2018

A ti inmigrante

A ti que la vida te enseño sus colmillos, 
atandote sin otra opción a tus limitaciones,
enseñándote el reverso del cuadro de la belleza,
difuminando la esperanza,
poniéndote de rodillas con la incertidumbre atada a los tobillos.

A ti que el humo se coló por tu ventana,
que tus días son supervivencia,
manos callosas
y hambruna constante.

A ti que tus ojos lo han visto todo,
y que yo en ellos veo dolor,
que tu espalda se contrae
por todos los sueños que se han roto sobre ella.

A ti que has salido invicto del abrazo de la muerte,
que has caminado aún sin ver donde pisas,
a ti te envidio por tu amor de cristal.

Porque abrazas sin dobleces,
porque amas sin peros,
porque trabajas por los que quieres,
porque no tienes tiempo para miedos.

Porque tienes el honor tatuado en la frente,
porque aunque agachas la cabeza levantas el corazón,
porque aunque sufres el sabor de la injusticia,
sabes de la justicia del amor,
y aunque el mundo te haya dado la espalda,
sé que el cielo te espera con los brazos abiertos.









jueves, 25 de octubre de 2018

Inmensidad fracturada

Veo el blanco al alcance de mis manos,
pero mis dedos no llegan a tocarlo,
¿por qué me caigo en la inmensidad de mi propio ser?
mientras la grandeza se escapa como agua entre las manos…

Tengo el alma atrapada en el cuerpo,
y la vida atrapada en los minutos,
mientras,
un pensamiento fluye en un verso,
pero,
¿qué es eso comparado con la poesía?
¿Qué dirían los que vieron ese verso nacer en mis profundidades,
al verlo enturbiarse con la materialización de la tinta?

Somos sueño sin llegar a soñar,
y soñamos que vivimos detrás de la vida,
como si hubiese algo antes del ahora,
o después de este instante.
como si vivir consistiese en cruzar la cuerda,
en sobreponerse o sumergirse en lo mundano,
en superar o recaer en los vaivenes.

La vida no se vive ni se busca,
la vida es hacia dentro,
es en nosotros,
es inmensidad e incertidumbre,
humildad y pecado,
muerte y resurrección.

La vida es Él,

y lo que Él hace en mi.

martes, 16 de octubre de 2018

El dolor y el poeta

Dicen que el dolor moldea personalidades, 
que eleva y da sentido,
que recompone y reconstruye,
que te marca cimas nuevas,
y te da el poder de tocar corazones.

Dicen que el dolor hace al poeta,
que imprime en su alma la sed de las palabras,
la búsqueda del último verso,
la obsesión de ser esponja,
de absorber la vida,
y de fluir en un poema.

Pero yo no creo que la belleza sólo salga de las cenizas,
que únicamente tienes calma si sales de una tormenta,
y que las cicatrices son los filtros que te dan otra visión de la vida.

Creo que el dolor despierta al poeta pero no lo crea,
que la tormenta te recuerda que eres marinero,
pero que es algo que ya tenías tatuado en las manos.

Y que la única función del poeta no es crear la belleza,
sino transformar la vida en poesía.


martes, 9 de octubre de 2018

Afluentes influyentes

Rompo el silencio de nuestros brazos con una caída libre,
y empieza la tregua de los vuelos migratorios,
del desvío de las vías que nunca marcaron camino,
y de dos espaldas que se miran y se alejan al mismo tiempo.

Me fundo con la noche sin dejar que me confunda,
y le hago partícipe en primera persona del batido de luciérnagas de mi cabeza,
me expando y me contraigo,
todo a la vez,
y mientras, 
decido cual será mi próximo movimiento.

Desarmo mis conflictos internos,
y algo en mi garganta empieza a subir como si fuera lava,
lo expulso y me expulso y me encuentro,
lo busco y me busco, 
y me compro una brújula que indique cualquier norte,
cualquier horizonte inmaterial que me acoja,
cualquier destino que de forma a mis sueños,
o cualquier lugar mental al que pueda llamar hogar.

Fluyo por las venas de las calles entre la muchedumbre,
tengo un verso clavado en la memoria, 
y tanto ruido, 
que podría despertar a todos los pájaros de un soplido.

Me apago, 
me duermo sin desparecer, 
me posiciono en punto muerto en este torbellino,
me escondo de todos los fantasmas que me buscan,
mañana será otro día,
mañana ya no hablaré de ti,
mañana estaré sólo conmigo.





lunes, 1 de octubre de 2018

La belleza del contraste

Me declaro fan de la belleza del contraste,
esa masa uniforme,
esa sencillez de lo básico,
que asume su belleza por contraposición,
cuando lo mezclas con la vida,
y de la diferencia se marcan sus aristas,
y de la comparación sale la personalidad.

Ese ruido tan silencioso,
que solo oye el que escucha,
esa humildad tan cercana,
pero tan lejana para los que no ven.

Ese diamante tan interior,
en una rutina que no asombra,
ese poder del silencio,
que solo crece hacia dentro.

Ese antónimo a la ambición mundana,
que nunca busca metas altas,
sumido en los corazones que le rodean,
obsesionado con las sonrisas que arranca,
ignorante de lo que el mundo llama poder.

Conquistando el mundo con una escoba,
construyendo puentes desde un aula,
fabricando ilusiones desde una panadería,
reparando corazones con una sotana.

Esa belleza del contraste,
esa sabiduría tan callada,
que el mundo no ve,
que el mundo no aprecia, 
pero que al final,

es donde reside la verdadera vida.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

El náufrago y la sirena

Me separaré de nuestro abrazo sin tocarte,
me elevé, y empecé a mirarte desde otro prisma,
empecé a mirarnos desde otro cristal.

Yo llevaba un naufragio surcando mis venas,
atrapado en un tiempo que no era mío,
en un grito de mi cabeza,
en un sueño convertido en pesadilla.

Tu llevabas terciopelo en las manos,
y tus ojos me miraban sin complejos,
eras luz,
y tus palabras se acercaban sinceras a mi encuentro.

No encontraba supervivientes para tripular nuestra historia,
eras el desenlace previsto después de mi tormenta,
el aceite que busco para sanar mis heridas,
pero no la cima para mis sueños y metas.

Descansaba en ti,
y tú vivías en mi.

Pero yo no era luz de tu noche,
ni tú incendio de mi sangre,

Yo no era abrazo de tu frío,
ni tú suspiro de mi aire.

Te besé en el último verso,
e inicié un adiós de dos sílabas,
crecerás más alto sin mi techo,
y yo me recompondré sin huidas.


martes, 25 de septiembre de 2018

Mi propia debilidad

Algo en ella sabe a libertad,
te hincha los pulmones,
y te adormece el corazón.

Algo en ella te engancha,
te levanta y te deja caer,
es incontrolable y tan perfectamente imperfecta.

Ella es la primavera de mi balcón,
y la autora de mis virtudes.

Ella es cada coma de mis versos,
cada nota en la guitarra,
cada sonrisa de mis días,
y cada suspiro de mi boca.

Ella es el primer rayo que anuncia un arcoíris,
y es la lluvia que me limpia la piel.

Ella es la respuesta sin saber la pregunta,
y el silencio que entiende lo que pienso.

Ella es el sonido del mar,
el calor del sol,
y el brillo de la luna.
Pero también el poder de una tormenta,
y la libertad del viento.
Es incontrolable,
y a la vez tan mía.

He desnudado mi orgullo por ella,
y viendo mis defectos me ha vuelto a abrazar,
dando calidez a mis heridas,
dando reposo a mis dudas.

He dormido en su playa al son de sus olas,
y he visto Venecia a través de sus ojos.
He besado sus manos que me abren camino
y he dormido en su pelo acunado como un niño.

Me gusta respirar sus mañanas,
y compartir sus sueños.
Contemplar su belleza
y enamorarme de su alma.
Abrazar su figura,
y querer vivir ahí.

Ella es,

y con eso me basta.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

La vida envuelta en prismas

Me contaron que los problemas son piedras que te pone la vida,
que son golpes que te hacen caerte,
y te caes para hacerte más fuerte,
y te caes para levantarte,
y que todo esto se llama “experiencia”

Pero he descubierto otra forma de verlo:

Tenemos un corazón con muchos prismas y lados posibles,
la mayoría desconocidos,
bastantes con heridas,
y algunos controlados.

Y los problemas son espejos que nos muestran nuestra realidad,
nos hacen vernos en los diferentes prismas,
y pueden pasar varias cosas:

Si son desconocidos nos costará encontrarlos,
pueden estar ahí pero no los vemos por miedo a aceptarlos.
Pero en el caso de verlos,
el problema no está en superarlos,
sino en descubrirlos,
y así descubrirnos,
en aceptarlos,
y así aceptarnos.

Si tienen heridas nos costará mirarlos,
pueden estar ahí y nosotros intentar huir,
pero siempre estarán ahí,
o podemos abrazarlos,
curarlos,
y así curarnos.

Si los tenemos controlados será más fácil,
pero no hay que equivocarse,
no hay que vivir pensando en solucionar la vida,
sino tener paciencia,
y estar abierto a conocer un poco más,
y así conocernos un poco más.

Y esto es la vida,
una carrera hacia dentro,
un descubrimiento constante,
una aceptación continua,
una humillación esporádica,
un realismo de los límites,
una capitulación de lo defectos,
y un agradecimiento de las virtudes.

Y esto es la vida,
no es resolver y destacar,
sino aceptarse con humildad.