martes, 6 de noviembre de 2018

Una inmensidad fracturada

El infinito a medio palmo de distancia,
y mientras,
la inmensidad sigue fracturada.

Nos abrazamos a lo certero,
nos sumergimos en lo efímero,
en el “ahora” sin “porqués”,
en el -ámame hoy que te quiero
y ya veremos mañana-.

Miramos a lo eterno a los ojos,
pero nos escondemos en el destino,
como si la vida fuese una correa que tira,
y el azar el compositor del resultado de nuestros actos.

Y yo te propongo una utopía,
una búsqueda del cielo 
en las grietas de nuestro suelo,
un salto al vacío 
rompiendo con lo establecido,
una apuesta de Fe por la victoria,
y una humildad 
que marque las huellas de los sueños 
que Él ha soñado con nosotros.





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