Recuerda siempre que eres tierra,
tierra humilde que no se agacha,
que disfruta de su forma,
que acepta sus defectos.
Recuerda siempre que eres tierra,
tierra que nace y mengua,
tierra llena de humanidad,
sin pretensiones ni prejuicios.
Recuerda siempre que eres tierra,
tierra que se deja labrar,
que florece,
y que se nutre con lo que tiene.
Y recuerda que como tierra,
solo has venido a servir,
y a disfrutar de los frutos,
que nacen por ti,
pero sin ti.
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