Espero soñando un tren con retraso,
me siento en las vías dispuesto a esperar,
y aunque no llegue no es un fracaso,
no todos los ríos llegan hasta el mar.
Con una maleta y sin más equipaje,
con tantos recuerdos dejados atrás,
con un par de sueños y mucho coraje,
frutos de una vida que vuelve a empezar.
Con canas en el pelo y los ojos vidriosos,
con unos zapatos cansados de andar,
y en la maleta unos textos curiosos,
narran la vida de quien no supo volar.
Las agujas no miden el tiempo que espero,
dan una vuelta y vuelven a empezar,
y aunque el reloj marca solo un momento,
mi corazón marca una eternidad.