lunes, 30 de abril de 2018

Quiero, quisiera...

Nos pasamos la vida buscando nuestra otra mitad,
ese ser que nos completa,
esa forma exacta para nuestro vacío,
y yo te encontré a ti.

Te encontré, 
pero no para rellenar un hueco de mi alma,
no para completarme, 
sino para complementarme.

Te encontré, y sólo pienso en eso,
solo pienso en cómo quererte,
sólo quiero quererte.

Te encontré, y ahora sé lo que quiero:

Quiero decirte que nunca nadie me había abrazado igual que tú,
que eres capaz de borrar todos mis miedos,
hacerme volar,
sentirme especial
y tocar mi alma
todo eso en sólo un abrazo

Quiero decirte que me pasaría la vida mirándote a los ojos sin cansarme,
y ver a través de ellos,
destruir lo que los empaña,
y descubrir qué les hace brillar.
Que cuando me miras veo la inmensidad,
veo un mar en calma y mil tormentas,
veo el fuego y el hielo,
te veo a ti,
y veo mi futuro.


Quiero decirte que me gusta todo de ti,
que tus manos frias calman mis fiebres,
que tus pies pequeños me llevan hasta el cielo,
que tu humor,tus agobios,tus rarezas y manías,
son la mezcla más perfectamente imperfecta que conozco.

Quiero no huir de los problemas,
Quiero que me enseñes tu cruz y abrazarla,
No quiero no tener miedo,
Sino tenerlo contigo.

Quiero decirte que quiero pasarme la vida conociéndote,
eliminando todas las imágenes,todas las metáforas que nos rodean,
y descubrirte a ti, sin aditivos
instalarme en esa pequeña habitación de tu alma donde tienes guardados los miedos y los sueños,
quedarme para vivir tus terremotos,
compartir tus lagrimas 
y celebrar tus sueños.

También maravillarme con cada cosa que veo,
tratarte con una delicadeza digna de un tesoro,
y aprender a cuidarte.

Quiero decirte que desde que estoy contigo soy otro,
que cuando me abrazas me construyes,
consiguiendo juntar todos esos pedazos que la vida ha ido dispersando,
Que ya sólo hablo de ti,
de cómo te enfrentas al viento,
de cómo conquistas montañas,
de cómo a pesar de las heridas tu corazón sigue abierto al público

Que mi sonrisa ya está registrada a tu nombre,
ya que sigo sonriendo cuando me escribes,
o cuando pienso en ti,
o en cualquier momento.

Quiero recorrer el camino contigo,
sin esperar que sea liso,
sino consiguiendo que las piedras nos hagan más fuertes.

Quiero decirte que me perdones,
que perdones esas veces que no he entendido tu vida,
que te he exigido tocar el cielo,
sin darme cuenta que es en el suelo donde soy feliz contigo.
Que perdones esas veces que te he intentado cambiar,
sin darme cuenta que ya eres perfecta, 
y el único problema es que no era capaz de verlo.
Que perdones esas veces que no he sido muro contra los embistes,
y te he dejado sola contra el peligro,
sin darme cuenta que sólo querías alguien que te escuche.

Quiero pedirte paciencia,
que me enseñes a amarte a pesar de mis defectos,
Quiero ser la excepción de que la distancia es el olvido,
quiero empezar a construir contigo un palacio a nuestra forma,
ni grande ni pequeño,
sino nuestro,
con un pequeño jardín donde poder descansar juntos.

viernes, 20 de abril de 2018

Sin trincheras ni munición

Me metí en tu trinchera olvidando la munición,
te declaré una guerra de besos, 
sin armas,
sin dudas,
nosotros.

Bajé la guardia descansando en tus brazos,
te entregué mi bandera y alcé la nuestra,
no existían los enemigos,
así que me fui desnudando.

Te enseñé mis heridas,
mis miedos,
me hice vulnerable ante tus ojos,
pero eras tú,
no había problema.

Empecé a construir a tu alrededor,
poniendo mis tesoros a tus pies,
y pintando mis sueños con tus manos.

Entonces llegaron las balas,
de repente nuestra trinchera perdía su color,
pero estábamos los dos,
no había problema.

Pero un día desperté y ya no estabas,
te llevaste mis tesoros y mis sueños,
e hiciste grandes mis fantasmas. 
Todo lo que había construido se vino contra mi,
y todo llevaba tu nombre.

Y ahora no temo el dolor ni el rencor,
no me preocupan las heridas que me dejan sangrando,
ni los recuerdos que llevan tu olor.

Me preocupa no saber olvidarte,
no recuperar todo lo que te di,
ya que mis tesoros están grabados con tu nombre,
y mi corazón viviendo en tu maleta.

martes, 17 de abril de 2018

No te marches todavía

No te marches todavía,
aún no sé cómo transformarte en un recuerdo,
entiende que puse tu nombre a mi vida,
y que tu ausencia me vacía todo el cuerpo.

No te marches todavía,
aún te siento en las palmas de mis manos,
olvida el pasado y sus heridas,
y busca tu futuro entre mis brazos.

No te marches todavía,
no sin sentir que lo hemos intentado,
que nuestros sueños no eran utopías,
que somos más fuertes cuando estamos al lado.

No te marches todavía,
recuerda todas las sonrisas y los abrazos,
no trates de ver una sequía,
donde siempre ha habido un mar esperando.

No te marches todavía,
no dejes que los miedos te corten las alas,
echa de tu mente esa duda que paraliza,
y cuenta conmigo en todas tus batallas.

martes, 3 de abril de 2018

Morir por salvarte, por salvarnos

Nos lanzamos al vacío sin saber bien dónde teníamos las alas,
al principio era sencillo, estabamos en el aire,
pero empezamos a coger velocidad,
nos entró vertigo,
tú volabas en un sentido,
y yo tenía otra ruta de viaje.

Eramos como dos planetas decididos a orbitar,
pero desconociendo los ejes que teníamos en común.
Yo estaba acostumbrado a una atmósfera en la que tú te ahogabas,
Y yo no conseguía entender tus satélites.

Nos juntamos como dos gotas de agua,
fluíamos,
nos dejábamos llevar,
juntos éramos más grandes.
Pero entonces empezaron a aparecer los afluentes,
nos separábamos, 
nos diluíamos
nos evaporábamos
y parecía que no había solución.

Así que fue al perderte cuando te encontré,
fue cuando te alejabas cuando lo vi.
descubrí que moría un poco con cada paso en otra dirección,
descubri los tatuajes en mi pecho con tu nombre,
descubrí que no me importaba morir por salvarte, por salvarnos.
descubrí que eras un veneno en el que me quería ahogar.
descubrí que eras un lenguaje que me moría por aprender,
para entenderte,
para cuidarte,
para amarte,
para hacerte feliz.

Así que tome una decisión,
buscar cualquier punto en común,
y plantarme ahí.
Aferrarme con mi bandera,
dispuesto a luchar y vencer,

o morir en el intento.