sábado, 29 de octubre de 2016

Aquella ciudad



¡Qué fría es esta estación de tren!
donde el calor de nuestro reencuentro solía provocar incendios,
y el tiempo se paraba sólo para ver nuestro abrazo.

No recordaba esta ciudad tan gris,
parece que los colores están de huelga,
y la primavera haya volado lejos,
tan lejos como aquellas promesas de una vida juntos.

Es curioso que el olvido sea la mayor fuente de recuerdos,
porque cada vez que me acuerdo de olvidarte,
es entonces cuando el torrente de tus risas y sonrisas me golpea.

No son las noches las que me matan,
es la luz del día,
es saber que mi calendario sigue avanzando,
y nuestras vidas se siguen alejando.

Ahora te busco en otros lados,
sin embargo,
¡Qué vacíos saben estos besos después de haber besado el cielo!
¡Qué ásperas estas caricias si no las dirige el viento que recorre tu piel!

Así que por favor,
si vuelves a escribirme,
recuérdame los motivos por los que estamos huyendo,
y entonces,
si quieres,
te dejaré emigrar hacia otro verano.

4 comentarios:

  1. Tus letras están impregnadas de nostalgia, de recuerdos que matan ante el vacío que dejó ella.
    Hay veces que solo se da uno cuenta del amor cuando se pierde al que amas….

    Un cálido saludo

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  2. Tus letras están impregnadas de nostalgia, de recuerdos que matan ante el vacío que dejó ella.
    Hay veces que solo se da uno cuenta del amor cuando se pierde al que amas….

    Un cálido saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, ojalá algún día aprendamos a valorar las cosas cuando aún las tenemos.
      Un saludo

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  3. Un verdadero placer visitar tu blog.
    Te invito a visitar el mío.
    Saludos!!
    http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/

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