martes, 21 de marzo de 2017

Ella, ella y mil veces ella



Ella tenía el poder de acariciar el cielo con los dedos,
y yo la capacidad de captar con un verso el brillo de sus ojos.

Ella agitaba la vida sin dejar que el destino se impusiese,
y yo soñaba con poder tocar un trozo de su alma.

Ella, ella y mil veces ella, 
tan perfectamente imperfecta,
pero tan lejos de ser mía.

Ella, ella y mil veces ella,
una tormenta de mil dientes de león,
una cascada de flechas de cupido.

Ella captaba las miradas de la gente,
y yo desde detrás del telón la miraba sonreír,
esperando un hueco en el mundo de los inmortales,
esperando una palabra suya que me hiciese volar.

Algún día pronunciarás mi nombre igual que el tuyo suena en mi cabeza,
algún día rozaras mis labios como yo rozo tu imagen,
algún día acariciaras mis manos con la dulzura con la que yo te escribo,
algún día, 
quién sabe, 
algún día serás mía.

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