viernes, 29 de mayo de 2015

La paloma que se fue






Me gustaría que leyeras ésta carta,

aunque sólo sea por lo que ha sobrevivido, 
por esas cenizas que se niegan a marcharse,
porque saben que después de eso está el completo olvido.


Me gustaría que encendieras un momento tu luz,
para verme aquí mojado por la lluvia.
Porque ya no me queda munición,
esa que antes era toda tuya.


Estoy cansado de vivir soplando,
a un molino que se ha negado a girar más.
Porque he aprendido que no en todas las guerras,
gana quien más está dispuesto a luchar.


Sabia que el fuego no solo quema en el infierno,
porque ahí no hay mas fuego del que hay en mi corazón.
Hoy quería decirte lo mucho que te quiero,
pero mis palabras han cambiado de opinión. 


¿Para que quiero alimentar una paloma sin alas?
Si las señales del camino no saben donde está Roma.
Ya no merece la pena sacar la cabeza del agua,
lo apuntaré en mi lista de derrotas.

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