Ella, se deslizaba por los días,
superaba agobios,
se cargaba las espaldas,
y se dedicaba a sobrevivir.
Ella, se llenaba los días de ruido,
la cabeza de pájaros,
y el corazón de colores grises.
Ella, tenía su corazón a pan y agua,
no había hueco para el fracaso,
y se ataba sus propias cadenas.
Ella, intentaba descifrar la vida del resto,
sin mirar en su corazón,
y ver el puzle que tenía dentro.
Ella, se evadía del silencio,
se llenaba de encargos,
y suspiraba en las esquinas.
Ella, no tenía tiempo para soñar,
ni para sentir,
ni para amar,
ni para él.
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